¿Causas de la demencia?
El deterioro cognitivo es debido a que las células cerebrales envejecen, pero la patología de la demencia no es en sí misma una enfermedad, sino más bien el resultado o condición causada por varias enfermedades al mismo tiempo.
Hay una serie de enfermedades que siempre van asociadas y acompañan a la demencia senil. Podríamos enumerar las siguientes:
Alzheimer: Es un tipo de demencia de carácter progresivo y crónico. Esta enfermedad elimina las neuronas y termina por destruir las habilidades intelectuales y sociales de nuestros mayores. La enfermedad del Alzheimer es la causa principal, más de un 50%, de todos los casos de demencia senil.
Demencia vascular: Es una enfermedad de carácter progresivo y permanente que daña el funcionamiento del cerebro. La causa de esta enfermedad es, entre otras, el Ictus. Los daños son notorios en la memoria, en el comportamiento de los afectados y en la forma de expresarse.
Parkinson: Esta enfermedad es crónica y degenerativa, que afecta a todas las capacidades de los mayores. Un elevado número de mayores tiene la enfermedad del parkinson.
Enfermedad de Huntington: Es una enfermedad que hace que se degeneren y pierdan operatividad ciertas partes del cerebro de los enfermos. Es una enfermedad con un claro componente genético.
Demencia por cuerpos de Lewy: Hay unos cuerpos que se denominan cuerpos de Lewy, que se encuentran en el cerebro, que se acumulan en determinadas partes del cerebro lo que afecta a las capacidades cognitivas del cerebro.
Varias: Existen otras enfermedades que pueden causar demencia senil como algún tipo de lesión que ocurra en el cerebro, la propia ELA…
¿Combatir la demencia?
Desgraciadamente a día de hoy no se conoce cura para las causas principales de la demencia senil. Es importante que el afectado siempre está controlado por un especialista y atendido.
Existen fármacos, que, prescritos en las dosis correctas, ayudarán al mayor a no empeorar su estado y lograrán ralentizar el avance de la enfermedad. En ocasiones algunos pacientes se automedican, no respetan las dosis prescritas… y eso hace que la enfermedad avance en lugar de estancarse. Siempre se debe consultar a un doctor para que prepare un tratamiento para el paciente en concreto.
Mucho se ha investigado sobre posibles terapias alternativas a los fármacos en pacientes que sufren demencia y sí se ha logrado descubrir terapias que no comportan fármacos que ayudan a ralentizar el avance de la enfermedad. Algunas podrían ser: musicoterapia, terapia con animales domésticos, terapia con sesiones de fisioterapia o terapia que incluyan ejercicios de estimulación cognitiva.
¿Cuidar la demencia?
Como hemos recogido con anterioridad, aún no se conoce cura para esta enfermedad que es la demencia senil. Es más, la evolución de la enfermedad nunca es positiva, siempre empeora progresivamente.
En todas las enfermedades que afectan a las personas mayores el contar con un cuidador profesional siempre es recomendable, pero en esta situación de demencia es necesario. El papel que tendrá un buen cuidador será el atender y ralentizar el avance progresivo de la enfermedad.
Muchos familiares, con la mejor de las voluntades, intentan cuidar por ellos mismos a sus seres queridos que tienen demencia senil. En un primer momento, durante una primera etapa esto es posible, pero más tarde cuando la demencia se aproxima a una fase avanzada esto se vuelve mucho más complicado. Los familiares experimentarán emociones de angustia, desamparo y ansiedad al ver a sus mayores en esa situación, por ello es mejor contar con ayuda de una persona profesional externa, una cuidadora.
El trabajo de un cuidador que atienda a un afectado por demencia no es sencillo. Pongamos cómo debería ser esa persona que cuide al mayor dependiente:
Carácter: Deberá ser capaz de transmitir cariño, al mismo tiempo que ser firme en los cuidados y estar siempre pendiente guardando la autonomía del mayor.
Tareas: Al encontrarnos en un estado avanzado de la demencia la persona mayor será probablemente 100% dependiente. Esto implicará que el cuidador deberá realizar las tareas diarias del hogar como cocinar o limpiar, al mismo tiempo que las tareas diarias del mayor como vestirse, ducharse o incluso moverse.