Los cambios posturales para personas mayores en estos casos son muy importantes y hay que saber realizarlos con precisión y de manera correcta. El conocer este tipo de técnicas contribuye al bienestar de la persona que recibe los cuidados y puede evitar que se produzcan úlceras por presión.
Guía de cambios posturales para personas mayores
En muchos casos podemos encontrar a personas mayores en situación de dependencia. Algunas de estas veces, su movilidad se ve tan afectada que necesitan asistencia total en su desplazamiento o también puede que estén encamadas. Los cambios posturales para personas mayores en estos casos son muy importantes y hay que saber realizarlos con precisión y de manera correcta. El conocer este tipo de técnicas contribuye al bienestar de la persona que recibe los cuidados y puede evitar que se produzcan úlceras por presión.
Cuando una persona pierde su movilidad, el pasar mucho tiempo en la misma postura puede causarle otras lesiones o atrofias en las articulaciones haciendo que estas se resientan. Por lo tanto, los cambios posturales se deben realizar cada cierto tiempo para evitar estas deficiencias. Y, según la situación de la persona encamada, los movimientos serán cada menos tiempo.
La mayoría de las personas que se dedican a cuidar a personas con déficit de movilidad conocen varias técnicas de cambios posturales. Estas son técnicas esenciales en los cuidadores y cuidadoras de personas mayores con discapacidad. Sin embargo, si tienes un familiar que requiere estos cuidados y no sabes muy bien cómo hacerlo, en este artículo te contamos lo que necesitas saber sobre los cambios posturales para personas mayores.
Cambios posturales
La principal importancia de los cambios posturales es que tienen como finalidad reducir la presión en las zonas en contacto con una superficie. Esto afecta a que no se produzcan úlceras por presión, ni diferentes lesiones por atrofia.
De este modo, los cambios posturales liberan la presión de determinadas partes del cuerpo con ayuda de la movilidad o la elevación. Y, también, ayudan a incorporar a la persona mayor o desplazarla según las necesidades. Como, por ejemplo, movilidad para favorecer la alimentación, la higiene o los desplazamientos por el hogar.
Cambios posturales de una persona mayor encamada
Lo recomendable es que los cambios posturales con personas mayores encamadas lo hagan dos personas, sin embargo, vamos a enfocar este trabajo para una persona y que se realice de una manera sencilla y eficaz. Para ello, la cama (si no es articulada) estará en posición horizontal y nos ayudaremos con una de las sábanas para favorecer la movilidad.
Si la persona mayor está boca arriba, para ponerlo en posición lateral deberemos doblar primero la rodilla que tenga más separada del lado al que vamos a poner de lateral. Con cuidado cogeremos la rodilla doblada y el hombro de su mismo lado, pongamos que son el lado derecho y vamos a tumbar hacia el izquierdo. Entonces, comenzaremos la maniobra de volteo hacia la izquierda. Una vez este completa, o incluso durante el proceso (dependiendo de la habilidad) será recomendable colocar una almohada a modo de apoyo en la espalda para favorecer el confort de la persona mayor.
Por el contrario, si la persona mayor está en posición lateral y necesitamos ponerlo hacía arriba. Lo correcto será retirar la almohada que previamente hemos colocado en su espada y, mientras sujetamos el hombro y la rodilla que no están en contacto con la superficie, dejar caer a la persona poco a poco hasta que su espalda este en contacto con la cama.
Suele pasar, que a veces la persona encamada se ha resbalado hacia abajo y necesitamos colocarla en la postura inicial. Para ello, primero retiraremos la almohada de la cabeza con cuidado, sujetando sus cervicales. Después, tirando de la sábana que tiene debajo, colocaremos otra vez al paciente en su sitio y volveremos a poner la almohada con cuidado.
Estos cambios posturales son esenciales para evitar las úlceras por presión y deben hacerse aproximadamente cada 5 horas.
Cambios posturales fuera de la cama
Cuando hablamos de cambios posturales para personas mayores fuera de la cama, también incluimos las incorporaciones ya sea para comer o para otras tareas. Igual que la anterior, lo recomendable es realizarlo con dos personas, pero si no tenemos ayuda, tendremos que hacerlo más cuidadosamente.
Sería ideal que tengamos al lado de la cama un sillón o un asiento cómodo para la persona mayor. Entonces, ayudaremos a la persona mayor a sentarse en el borde de la cama y nos aseguramos de que las piernas estén colgando. Si la persona mayor puede mantenerse de pie, lo ayudaremos por los hombros y lo giraremos de espaldas al sillón. Una vez así, lo dejaremos caer poco a poco siempre agarrando por los hombros.
Cambios posturales: posiciones básicas
A continuación, vamos a conocer los nombres técnicos de las diferentes posturas en las que podemos encontrar a las personas mayores con movilidad reducida o encamadas. Estas posturas pueden darse tanto en la cama, como sentados o incorporados en un sillón.
- Decúbito supino: este es nombre que recibe la persona que se encuentra tumbada boca arriba con los brazos y piernas extendidos.
- Decúbito lateral: esta es la posición en la que nos encontramos a la persona mayor tumbada de lado, tanto a izquierda como a derecha. Aquí, el brazo que está en contacto con la superficie debe estar doblado para evitar lesiones. Además, ambas rodillas estarán dobladas, estando la rodilla superior más flexionada por la rodilla para favorecer la vuelta a la postura decúbito supino.
- Fowler: está postura puede hacerse si contamos con una cama articulada con la elevación mediante cojines. Consiste en colocar a la persona mayor boca arriba, incorporada en un ángulo de 45 grados.
- Tredelemburg: esta postura es igual que la fowler, pero invertida. Se suele hacer para favorecer la circulación en las piernas. En este caso, el tronco de la persona permanecerá en horizontal y serán las piernas las que se eleven 45 grados.
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