Estrés y envejecimiento prematuro

Por 31 mayo, 2018diciembre 28th, 2019Bienestar

Los expertos aseguran que el estrés es uno de los problemas de salud más comunes entre la población adulta. La cantidad de tareas en las que estamos involucrados aumenta cada día, por lo que es frecuente acumular tensión y, por tanto, padecer estrés.

Dado que supone la segunda causa de baja laboral en la Unión Europea, merece la pena conocer las características de esta enfermedad, así como las estrategias para prevenirla.

¿Qué es el estrés?

Es un conjunto de síntomas caracterizado por la presencia de un marcado cansancio mental. Generalmente es provocado por la exigencia de un rendimiento superior al habitual. La situación de estrés puede ser aguda o crónica, es decir, una situación puntual o mantenida en el tiempo.

En el ámbito laboral los factores que más influyen en su aparición son los siguientes:

  • Relación desproporcionada entre las demandas de trabajo y el tiempo para concluirlas
  • Desajuste entre las demandas del entorno y los recursos de los trabajadores para afrontarlas
  • Baja capacidad de control de toma de decisiones por parte del trabajador
  • Inadecuada correlación entre el esfuerzo del trabajador y la recompensa

Consecuencias del estrés

Las consecuencias del estrés varían en función de multitud de factores que influyen en la capacidad de afrontamiento del trabajador: estilo de vida, capacidad de afrontamiento, tolerancia a la frustración, etc. En general, las consecuencias pueden resumirse de la siguiente manera:

  • Físicas: trastornos gastrointestinales, cardiovasculares, respiratorios, dermatológicos, musculares y en el sistema inmunológico, etc.
  • Psicológicas: preocupación excesiva, incapacidad para tomar decisiones, sensación de confusión, dificultades para concentrarse, olvidos frecuentes, bajo estado de ánimo, irritabilidad, trastornos de ansiedad, disminución de la creatividad, etc.

En definitiva, afecta directamente a la calidad de vida y bienestar general. Además, influye negativamente en el ámbito laboral de quien lo sufre, ya que daña las relaciones interpersonales y el rendimiento puede verse gravemente afectado.

Influye negativamente en el ámbito laboral de quien lo sufre, ya que daña las relaciones interpersonales y el rendimiento puede verse gravemente afectado

¿Es cierto que el estrés acelera el envejecimiento?

En la última década, la relación entre el estrés y el envejecimiento ha sido objeto de estudio de numerosas investigaciones en el ámbito de la medicina y la psicología, ya que hoy en día se le otorga mucha importancia a la prevención de ciertos aspectos del envejecimiento. Son muchas las investigaciones que han relacionado el estrés con enfermedades graves, especialmente con las cardiacas que son, a su vez, una de las principales causas de mortalidad.

El estrés produce hormonas como el cortisol y la adrenalina que son beneficiosas en situaciones de emergencia pero, de manera continuada o crónica, pueden causar o agravar otras enfermedades como las mencionadas anteriormente (enfermedades gastrointestinales, respiratorias, cardiacas…). Niveles elevados de cortisol durante un tiempo prolongado pueden causar daños en las células del hipocampo, por lo que pueden afectar a la memoria. Puede debilitar también el sistema inmune. Además, el cortisol contrarresta la insulina, aumentando así las probabilidades de sufrir diabetes.

Por tanto, dado que el estrés influye negativamente en la salud, debilitando gran parte de los sistemas y aparatos del cuerpo humano, se puede afirmar que está estrechamente relacionado con el envejecimiento prematuro.

Cómo prevenir el envejecimiento por estrés

Estos son algunos de los hábitos que deberemos incluir en nuestro estilo de vida para prevenir el estrés:

Dieta

La dieta es uno de los principales factores que hay que respetar y cuidar para llevar un estilo de vida saludable. Una dieta equilibrada ayuda a mantener una adecuada salud, tanto física o psicológica.

Ejercicio físico

Realizar ejercicio físico, además de ayudar a prevenir el envejecimiento físico, ayuda a liberar tensiones.

Descanso

Dormir suficiente es imprescindible para una adecuada salud mental. Un buen descanso ayuda a afrontar mejor los problemas del día a día y, por tanto, previene los síntomas de estrés.

Reforzar autoestima

Conviene valorar el progreso y ejecución de las tareas que se desarrollan, de manera que cuando algo se ha concluido con éxito debemos ser capaces de felicitarnos por ello. Por otro lado, también debemos aceptar los errores cometidos y rectificarlos sin pensamientos de culpabilidad.

Gestión del tiempo

Para afrontar las demandas y cumplir con los tiempos impuestos, es imprescindible gestionar de manera adecuada el tiempo. Para ello, además de valorar el tiempo necesario para cada tarea, se debe priorizar la importancia de las mismas. No todas las demandas son igual de importantes ni se desarrollan en el mismo tiempo, por lo que habrá que dedicar a cada una de ellas el tiempo que realmente merecen, atendiendo tanto a su dificultad como a su importancia.

Solución de problemas

Conviene tomar las decisiones siguiendo un proceso lógico, sin huir de los problemas y valorando de manera detenida y con el tiempo necesario todas las alternativas posibles.

Conviene valorar el progreso y ejecución de las tareas que se desarrollan, de manera que cuando algo se ha concluido con éxito debemos ser capaces de felicitarnos por ello

Fomentar relaciones sociales

Relacionarse con el entorno, tanto en el ámbito laboral como personal, ayuda a reforzar las conductas positivas. Muchas veces serán los demás quienes nos hagan ver cuándo hemos actuado bien y cuando debemos mejorar en algún aspecto. Por tanto, mantener unas relaciones sociales sanas ayudará a prevenir síntomas de estrés relacionados con inseguridad, la confusión… Las relaciones afectivas que más se deben de fomentar es la relación de cuidado entre abuelos y nietos, ya que hay mucha ternura por parte de los nietos que hará mucho bien a nuestro mayor.

Consultar con especialista

Por supuesto, si la situación de estrés es prolongada en el tiempo, conviene consultar con un psicólogo especialista para conocer mejor el tratamiento que se deberá seguir.

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