Cómo lidiar con el duelo
“¿Qué me ayuda en mi duelo?”. En este segundo post hablaré de algunos aspectos que pueden ser positivos para afrontar la pérdida de un ser querido o una enfermedad larga. Al final, no deja de ser un duelo anticipado, como comenté en el post anterior. En primer lugar, tenemos las lágrimas como poder terapéutico para liberarnos y desahogarnos ante un momento difícil. En segundo lugar, encontramos la búsqueda de contacto con el exterior, es decir, con nuestra familia, nuestros amigos (…).
En estos momentos, una escucha activa por parte de nuestro acompañante (sentir que puedes hablar de lo ocurrido, sin sentirte juzgado). O un abrazo sincero en medio del dolor, tiene infinitos beneficios para la persona que está sufriendo. Estaríamos trabajando la soledad. En tercer lugar, un aspecto que ayuda a este difícil afrontamiento es sentir y trabajar el recuerdo que tenemos con estas personas que ya no están con nosotros.
”En estos momentos una escucha activa por parte de nuestro acompañante, puede brindar beneficios para la persona que sufre.
Recordar sanamente pudiendo narrar situaciones del pasado conjuntas, evocando hechos, imágenes etc. contribuye a colocar a nuestro familiar en un lugar en nuestro corazón. Donde finalmente no haga daño. Olvidar los recuerdos que tenemos con nuestro familiar (que es lo que intentamos hacer en muchas ocasiones con el fin de “no sufrir”), no es lo más adecuado. Por último lugar, en el caso de sentir mucho dolor en un duelo o pensar que lo que estamos viviendo es un duelo que se ha complicado, resulta fundamental pedir ayuda.
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Hola Virginia, yo puedo contar mi experiencia personal. Perdí a mi marido hace ya varios años y tuve la necesidad de borrar todo aquello que me recordaba a él. El duelo se me hizo muy duro durante los primeros años y no fui capaz de afrontarlo salvo viajando mucho y viviendo lo que llaman la vida loca. Incluso me separé de mis hijos para no acordarme de mi ex marido. A día de hoy no he logrado superar aquella pérdida aunque la mitigo como buenamente puedo. Quizá todo esto fue muy precipitado, su pérdida no fue debida a una larga enfermedad, o la vejez, o porque fuese mayor, simplemente a un infortunio que se lo llevó de pronto, yo creo que no tuve tiempo de mentalizarme y hacer el luto de “sopetón” no es nada sencillo… ese es mi caso, aún tengo el corazón roto. Gracias. Diana.