La Levodopa y el Parkinson

Parkinson y Levodopa

Cuando alguien es diagnosticado con la enfermedad del Parkinson, principalmente personas mayores, se le presenta un amplio abanico de tratamientos según sus necesidades. Este es el caso de la Levodopa, que si bien no es el único medicamento que existe para tratar el Parkinson, sí que es de los más reconocidos.

¿Qué es la Levodopa?

Pues bien, la Levodopa es un precursor de la dopamina. Muchas investigaciones sobre el Parkinson han hecho evidente que no se puede aplicar directamente dopamina y que esta sobrepase la barrera protectora del cerebro. Por lo tanto, la Levodopa aparece como una sustancia que logra penetrar esta barrera principal del cerebro y es ahí cuando entra en contacto con otras sustancias que genera nuestro organismo transformándose así en dopamina.

La Levodopa se toma en forma de comprimidos, estos comprimidos cuando se toman van directamente al estómago. Una vez ahí, la Levodopa va del tubo digestivo a la corriente sanguínea, que lo transportará directamente al cerebro. Este proceso suele traer complicaciones a la hora de que nuestro organismo asimile las comidas altas en proteínas. Por ello, los médicos que la recetan también recomiendan tomarlo media hora antes por lo menos de las comidas. Aunque también pueden combinarlo con una dieta hipoproteica debido a que varios tipos de proteínas tienen la capacidad de disminuir la absorción de Levodopa por el organismo.

Tratamiento con Levodopa

Mediante la gran cantidad de estudios que se han realizado sobre el Parkinson, se ha logrado determinar diferentes estrategias para actuar sobre sus síntomas. Estas estrategias que tienen como fin frenar y reducir la sintomatología del Parkinson, se valen principalmente de la Levodopa. Aunque como hemos dicho, no es el único tratamiento. De hecho, en muchas ocasiones puede combinarse con la Carbidopa, ya que tiene efectos positivos sobre la producción de dopamina.

El uso de la Levodopa se hace evidente al poco tiempo después de comenzar el tratamiento. Síntomas como la rigidez o los temblores se ven considerablemente reducidos. No obstante, existe la contradicción de su uso prolongado (entre los 5 y los 10 años) ya que a medida que la enfermedad del Parkinson avanza, los medicamentos no son tan efectivos. Este es un aspecto que vemos claramente cuando la enfermedad empieza a sobrepasar a nuestros mayores. La Levodopa, por lo tanto, al igual que otros tratamientos, pierde efectividad en la edad adulta, cuando los ancianos han convivido durante años con el Parkinson.

Además, el tratamiento con Levodopa en la enfermedad del Parkinson ha demostrado tener efectos beneficiosos sobre la fatiga muscular, y en la mejora de los procesos cognitivos, hecho que afecta significativamente a los ancianos. Al contrario de lo que se cree sobre la toxicidad de la Levodopa, su uso en pacientes con un grado avanzado de Parkinson no produce efectos adversos. Tampoco empeora la discinesia ni los cuadros de demencia.

Cuidado Mayor y el Parkinson

La enfermedad del Parkinson es un riesgo que siempre tenemos en cuenta en Cuidado Mayor, ya que aproximadamente el 70% de los enfermos de Parkinson son ancianos. Así, tratamientos esenciales como es el uso de la Levodopa deben ser explicados y comprendidos para reducir en la medida de lo posible el estrés que genera su diagnóstico.

Como hemos dicho, la Levodopa se suele emplear en las primeras fases de la enfermedad; sin embargo, pierde efectividad según avanza en el tiempo. Por ello, siempre es importante contemplar otros tratamientos y pedir información al médico especialista.