Una de las principales preocupaciones surge cuando se comienza a detectar cierto grado de dependencia en personas mayores. Cuando empiezan a presentar signos visibles de necesitar ayuda, las dudas surgen solas. ¿Necesitará ir a una residencia de mayores? ¿Cómo podemos elegir la correcta? ¿Está en mi mano hacerlo?
Según los últimos datos recogidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE) alrededor de 270.300 personas residen en residencias de mayores, con una proporción de 2,18 mujeres por cada hombre.
% Hombres | % Mujeres | |
Todas las edades | 31,4% | 68,6% |
1. ¿Por qué contratar una residencia?
2. ¿Cómo sé cuál es la mejor residencia para mi mayor?
3. Ventajas de contratar una residencia
4. Precios al contratar una residencia
5. Requisitos para entrar en una residencia de ancianos pública
6. ¿Cómo contratar una residencia de ancianos pública?
7. Alternativas de cuidades a las residencias de mayores
¿Por qué contratar una residencia?
Antes de comenzar a plantearnos elegir una residencia como la opción más adecuada, hay que tener en cuenta y valorar ciertos criterios que engloban su vida. Los principales factores a la hora de tomar esa decisión están relacionados con las necesidades de los mayores. ¿Es la residencia la opción más adecuada?
El estado físico y mental del mayor
El estado físico y mental del mayor son algunas de las premisas que tenemos que tener en cuenta a la hora de decidir si contratar, o no, una residencia. Cuando el grado de dependencia aumenta, la opción más satisfactoria es elegir la mejor residencia para la persona mayor.
La situación de dependencia es una de las claves decisivas. Ésta comienza cuando la persona mayor no se vale por sí sola al realizar actividades básicas de la vida diaria. Pero, ¿cómo podemos detectar las primeras señales de dependencia?
Existen tres tipos de dependencia:
- Dependencia moderada (I), si necesita ayuda al menos una vez al día o necesita apoyo intermitente o limitado para su autonomía personal.
- Dependencia severa (II), la persona mayor necesita ayuda para realizar varias actividades básicas al día, pero no requiere del apoyo permanente de un cuidador.
- Gran dependencia (III), la persona que carece de total autonomía (física, mental, intelectual o sensorial) y necesita el apoyo continuo de otra persona. Por ejemplo, para bañarse o, incluso, comer.
El entorno social y familiar del mayor
Lamentablemente, el entorno del mayor no siempre suele ser el más positivo. Muchas personas mayores se encuentran en riesgo de exclusión social o se encuentran solas y, por ello, no se les hace fácil acudir a una residencia. Asimismo, el nivel económico también influye directamente a la hora de tomar la decisión. ¿Cuánto cuesta la residencia? ¿Es posible llevar a cabo ese gasto?
Hoy en día, afortunadamente, en España contamos con varias ayudas para residencias de ancianos. En 2006 se aprobó la Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia, más conocida como Ley de dependencia, con el objetivo de garantizar la ayuda y atención necesarias para aquellas personas reconocidas con dicha situación.
Gracias a dicha ley se establecieron las ayudas y prestaciones económicas a las que pueden acceder los usuarios y sus familiares en función del grado de dependencia que les haya sido reconocidos.
El hogar en el que vive el mayor
Otro factor importante es la adaptación del hogar. ¿El lugar en el que vive la persona mayor está adaptado a las necesidades que le van surgiendo?. Hay, por ejemplo, edificios antiguos en los no hay ascensores y eso conlleva que hasta el simple hecho de salir de casa sea una tarea complicada. Por lo tanto, la comodidad y la adaptación del entorno de la persona mayor es lo más importante y un motivo para decidir si contratar o no una residencia.
Hoy en día todas las residencias para mayores ofrecen instalaciones funcionales y libres de barreras, ajustadas a las limitaciones de la persona mayor. Debido a la Ley de dependencia, todas las residencias deben disponer como mínimo de una habitación adaptada para grandes dependientes, es decir, toda persona que necesita la presencia imprescindible y continua de otra personas para que le ayude a realizar las distintas actividades de su vida diaria.
¿Cómo sé cuál es la mejor residencia para mi mayor?
Después de haber tomado la decisión de contratar una residencia, lo más importante es que dicha residencia resuelva todas tus preocupaciones y dudas. Parece una premisa muy sencilla y fácil de aplicar, pero no es así del todo.
Sabemos que ingresar a un familiar en una residencia es una decisión complicada que puede generar cierto sentimiento de culpa. Sin embargo, hoy en día las residencias son sinónimo de tranquilidad, comodidad, ocio y buena asistencia por parte de profesionales cualificados.
- Transparencia, es importante visitar el centro antes de tomar la decisión. Ver todos los espacios y cómo son, ya que cuanta más transparencia, mejor será la relación con el centro. Al fin y al cabo será el lugar donde va a vivir el mayor. Hoy en día se pueden realizar, incluso, visitas virtuales de los centros en cuestión a través de sus páginas web.
- Régimen de visitas o salidas de la residencia; que haya posibilidad de que el mayor salga y entre cuando la familia lo desee es importante a la hora de elegir la residencia.
- Servicios que se dan en la residencia. El grado de dependencia que tenga el mayor también es un factor importante a la hora de saber cuál es la mejor residencia.
- Tratamientos especiales que se dan en la residencia. Cada centro debe disponer de forma detallada todos los servicios y tratamientos de los que disponen. Esto hará que la selección sea más rápida. Si el mayor tiene Alzheimer, lo recomendable es que vaya a un centro que disponga de expertos cualificados en dicha enfermedad y otros tipos de demencia.
Ventajas de contratar una residencia
Es innegable que las ventajas son muchísimas. Las residencias están condicionadas para que todas las personas que vivan en ellas, dependiendo de la situación de cada una, se encuentren cómodas y acompañadas.
Las principales ventajas de vivir en una buena residencia son:
- Cuentan con personal cualificado y atención médica continuada.
- Están adaptadas para suplir las necesidades de los mayores según el grado de dependencia y patología.
- Los mayores están siempre acompañados y supervisados por el personal del centro, además cuentan con la compañía de otras personas mayores con las que compartir actividades y su tiempo de ocio.
- Pueden recibir las visitas y llamadas de familiares y amigos.
- La estancia puede ser temporal según necesidades.
- Suelen tener actividades todos los días de ocio para que las personas se mantengan activas. Talleres y actividades para estimular la mente. Algo muy importante en la tercera edad para controlar la demencia.
- Pueden recibir tratamientos en función de la enfermedad o patología que padezcan.
- Otros servicios como atención psicológica, rehabilitación muscular, fisioterapia y terapia ocupacional.
Precios al contratar una residencia
Los precios de las residencias varían en función de varios factores. Por ejemplo, el precio cambia si se trata de una residencia de gestión pública o de una de gestión privada. Siendo estas últimas más caras que las de gestión pública. Pero también varían en función de los servicios que se den en ella o de la comunidad autónoma en la que se encuentre.
Residencias públicas
Cuando hablamos de residencias de ancianos públicas, no significa que sean gratuitas. Los residentes han de pagar por su plaza el 75% de su pensión. Aún así, es muy complicado entrar en ellas, ya que de las alrededor de 5.400 residencias que existen en España, sólo 1.350 son de carácter público. En estos casos se estima que cada individuo se gasta una media de 1.135€ mensuales.
«El tiempo de espera para una plaza privada es de 57 días, 163 para una concertada y 209 para una pública».
Existen las llamadas Prestaciones Económicas Vinculadas al Servicio(PEVS);se trata de ayudas económicas periódicas que contribuye a financiar los gastos del servicio de atención residencial cuando no es posible el acceso a dicho servicio público.
Existen una serie de requisitos que se deben llevar a cabo:
- El centro o entidad privada que preste el servicio deberá estar inscrito en el Registro de Entidades, Centros y Servicios de Acción Social de la Consejería de Políticas Sociales, Familias, Igualdad y Natalidad.
- Deberá llevar a cabo la justificación de esta prestación económica mediante la aplicación informativa correspondiente.
- No será posible el acceso a un servicio público financiado por cualquier administración pública.
La cuantía de esta prestación varía en función del grado de dependencia del mayor, el coste del servicio y la capacidad económica de la persona mayor beneficiaria. A continuación mostramos un ejemplo de las cuantías de la PEVS en la Comunidad de Madrid:
Grado de dependencia | Máxima €/mes | Mínima €/mes |
Grado I | 300 € | 300 € |
Grado II | 426,12 € | 300 € |
Grado III | 715,07 € | 429,04 € |
*Ejemplo Comunidad de Madrid
Sin embargo, este tipo de prestaciones también presentan limitaciones muy importantes a tener en cuenta:
- El importe de las PEVS, se determina en función del grado de dependencia y de la capacidad económica del mayor; en ningún caso cubre al 100% el coste de la plaza residencial.
- El plazo de tiempo, muchos de los casos tiene una necesidad urgente de ingresar en un centro pero la ayuda económica tarda mucho más en conseguirse. Algo que dificulta la situación del anciano.
- La selección de una residencia, cabe la posibilidad que la residencia que interesa por proximidad o preferencia en cuanto a necesidades, no tenga acuerdos con la administración para este tipo de prestación.
Residencias privadas
Actualmente en España el precio medio de una residencia de ancianos privada está alrededor de los 1.700€ al mes sin contar el IVA. Con el IVA incluido la cifra aumenta a cerca de 1.900€ al mes. Sin embargo, como mencionamos antes, el precio puede variar dependiendo de la comunidad autónoma en la que nos encontremos; esta diferencia entre comunidades puede llegar al 40%. En las grandes ciudades el precio puede superar hasta en un 20%el de la residencia en una localidad pequeña.
Comunidad Autónoma | Precio € |
Castilla – La Mancha | 1.420 € |
Extremadura | 1.450 € |
Comunidad Valenciana | 1.586 € |
Castilla León | 1.645 € |
Aragón | 1.648 € |
Andalucía | 1.748 € |
Asturias | 1.770 € |
Murcia | 1.787 € |
Galicia | 1.914 € |
Islas Baleares | 1.992 € |
Cataluña | 2.014 € |
Cantabria | 2.036 € |
Madrid | 2.045 € |
La Rioja | 2.121 € |
Navarra | 2.225 € |
Canarias | 2.233 € |
País Vasco | 2.496 € |
*Estos precios son orientativos
Los precios por persona también pueden variar en función del grado de dependencia que el mayor, de las condiciones del centro y de los servicios que se presten. Cuantos más extras tengan, por ejemplo, hidromasaje, piscina, biblioteca, solárium, cocina propia o sala de juegos, el precio será más elevado. Hay centros en los que también hay que pagar extras; la rehabilitación o la fisioterapia, por ejemplo. Por ello, hay que tener en cuenta si el precio final incluye todos esos servicios. Es lo que se llama “precio cerrado”.
Requisitos para entrar en una residencia de ancianos pública
Si la opción que se ha elegido es la residencia pública el proceso es más largo que el de la residencia privada. Las residencias públicas tienen listas de espera en torno al año o año y medio. Los requisitos para entrar en ellas tampoco son iguales para todas las comunidades. Sin embargo, y aunque la legislación autonómica pueda variar, sí que reúnen las principales cláusulas para entrar a una residencia:
- Estar empadronado o residir en la ciudad o municipio donde se encuentre la residencia.
- Ser mayor de 65 años.
- En el caso de tener dependencia moderada o severa, el requisito es ser mayor de 60 años.
- No haber sido sancionado con anterioridad en alguna otra plaza pública.
- Haber sido designada como persona dependiente vía médica o social.
¿Cómo contratar una residencia de ancianos pública?
Después de cumplir todos los requisitos solicitados por el centro en cuestión, el proceso se puede hacer algo tedioso. Como mencionamos antes, no es fácil solicitar una plaza y el tiempo de espera es elevado. Sin embargo, a continuación te facilitamos el proceso que hay que seguir paso a paso:
- Hay que solicitar una cita previa en Servicios Sociales. En el caso de que la persona mayor no pueda acudir, lo puede hacer un familiar.
- Visita del trabajador social (TS). Servicios Sociales asigna un trabajador que acudirá al domicilio para evaluar el grado de dependencia.
- Hay que preparar la documentación que sea necesaria para la visita. El día acordado el TS evaluará las capacidades cognitivas y físicas del mayor y, también, de necesitará el DNI, la fotocopia del certificado de empadronamiento y de la cartilla sanitaria y la solicitud de valoración de dependencia rellenada y firmada.
- Esperar a recibir una carta en el domicilio en la que se explique la evaluación y resolución de la solicitud, indicando además el grado y nivel de dependencia.
- Nueva cita con el trabajador social. Basándose en la Ley de dependencia el TS tendrá que detallar el contenido de la carta con la resolución de la solicitud.
- Esperar la asignación de una residencia pública. Finalmente, toca esperar a que se asigne una residencia con un máximo de 50 km de distancia del municipio habitual.
El contenido del contrato
Un requisito indispensable es el contrato para demostrar la legalidad del centro. Es muy importante solicitar un contrato por escrito como proceso para elegir la mejor residencia. El modelo de dicho contrato deberá ser aprobado por el órgano competente del Gobierno Autónomo con carácter previo a la Autorización de Apertura del centro.
El contrato debe ser claro y conciso. Debe tener la firma tanto del centro como de la persona mayor que va a residir en dicho centro. Sin embargo, en el caso de que el mayor esté carente de capacidad para decidir, deberá ser el familiar responsable quien presente su firma, indicando los datos del documento de incapacitación. También debe señalar el día en el se comienza a facturar el servicio al mayor. Un precio cerrado sin cláusulas abusivas que hacen que el precio a final de mes sea diferente siempre.
Para garantizar la legalidad de la residencia, en el contrato se debe especificar que el usuario recibirá una copia del Reglamento de Régimen Interior del Centro, el cual debe estar compulsado por el departamento de Inspección de Servicios Sociales. También se debe garantizar la protección de datos del mayor.
Alternativas de cuidados a las residencias de mayores
El alto coste de las residencias de ancianos, los requisitos para entrar y la larga espera de tramitación, en ocasiones provocan que se opte por otro tipo de servicios. Por ejemplo, se puede recurrir a servicios más personalizados e individualizados como el que ofrecen los cuidadores a domicilio o los centros de día.
«Los salarios de las cuidadoras varían, pero por lo general una cuidadora en régimen interno tendrá un salario de 900€/mes».
Por un lado, el servicio que proporcionan los cuidadores a domicilio es mucho más accesible que la residencia de mayores; presenta una comodidad mucho mayor, ya que el anciano no tiene que abandonar su hogar; y se proporciona un servicio más individualizado e íntegro basado en las necesidades de dicho mayor.
Los centros de día son espacios diurnos socioterapéuticos a los que acuden las personas mayores para realizar actividades que proporcionen estimulación y promuevan su autonomía. En este caso no se trata de un servicio personalizado para cada uno, sino más bien un lugar que proporciona apoyo y cubre las necesidades básicas, terapéuticas y sociales del anciano.
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