Adaptar la casa para nuestros mayores

Por 29 febrero, 2020Consejos
Adaptar la casa de mayores

 

¿Quién no ha escuchado: «Tengo que ir con mucho cuidado y mirando bien donde voy pisando, no vaya a ser que me caída» de la boca de nuestros mayores? A partir de determinada edad, entre los 65 y 70 años los adultos mayores ante la pérdida de sus capacidades comienzan a desarrollar alertas para caminar y moverse con prudencia. De la misma manera que es importante desarrollar estrategias para no caerse cuando van caminando por la calle, lo es adaptar el hogar para que sea un entorno seguro.

La OMS (Organización Mundial de la Salud) alerta de que las caídas no son ninguna tontería, siendo la segunda causa mundial de muerte por lesiones no intencionales y, siendo los mayores de 65 años quienes más caídas mortales sufren. Por eso, desde Cuidado Mayor queremos informarte de qué medidas puedes tomar para hacer del hogar del anciano, un entorno seguro.

¿Es importante adaptar el domicilio para la persona mayor?

La respuesta es sí. Los datos hablan por si solos, la edad nos hace ir perdiendo facultades y perder el equilibrio con mayor facilidad. Se trata de un asunto de salud y de evitar las peligrosas consecuencia que pueden derivar de una caída. Por suerte, no es difícil llevar a cabo pequeños cambios en el hogar que lo hagan a este más seguro.

La prudencia para no accidentarnos en el hogar está directamente relacionada con cómo tenemos adaptado nuestro hogar a nuestras características y necesidades. Hay ocasiones en las que existen pequeñas trampas, que no lo eran cuando teníamos menos edad pero que lo son cuando perdemos agilidad y reflejos. Al igual que cuando tenemos bebés en casa, colocamos protectores en los enchufes de la luz o protegemos las esquinas de los muebles, con nuestros mayores debemos actuar con la misma filosofía y, como primera medida, desde Cuidado Mayor, recomendamos retirar las alfombras que, si bien, son agradables en invierno, son perfectamente prescindibles si tenemos una calefacción adecuada.

Habrá casos en los que las personas mayores se intenten resistir a estas medidas preventivas, como el caso de una cliente de Cuidado Mayor: su madre de 80 años sentía un cariño especial por sus alfombras, a las que cuidaba con mimo, limpiando y guardando cada primavera para volver a colocarlas cada otoño. Pero la utilización de accesorios como las muletas y las alfombras pueden resultar una combinación peligrosa en el hogar.

¿Ayudas económicas?

Al igual que ha pasado con la accesibilidad que hasta hace pocos años no formaba parte de los compromisos públicos para con nuestros mayores o para con cualquier ciudadano que tuviese dificultad para desplazarse o transitar en los espacios públicos. Hoy en día, la accesibilidad ­–que tiene fácil acceso— es una cualidad obligatoria en la edificabilidad, pero para inmuebles que no poseen esa característica porque se construyeron con anterioridad a su vigencia, existen ayudas económicas por parte de Ayuntamientos y de Comunidades Autónomas.

Los organismos públicos también están aportando ayudas económicas de las que se pueden beneficiar nuestros mayores. Así que antes de resistimos a acometer las obras necesarias o a cambiar los electrodomésticos de nuestro hogar pensando en el coste económico que ello supone, deberíamos informarnos de las ayudas que nuestro Ayuntamiento enfoca a estos fines. Sucede que seguimos utilizando gas para cocinar, o bañera en lugar de plato de ducha, sin saber que existen ayudas públicas para adaptar el domicilio de nuestro mayor a sus necesidades.

«Los organismos públicos también están aportando ayudas económicas de las que se pueden beneficiar nuestros mayores».

Los trabajadores sociales de la Juntas de Distrito o de los Ayuntamientos (en municipios pequeños) nos ayudarán facilitándonos la información y ayudándonos con las solicitudes sobre ayudas económicas —subvenciones para reformas— incluso algunos Ayuntamientos han tenido programas donde se abonaba en su totalidad microondas o placas eléctricas para cocinar.

¿Vives es una comunidad de propietarios?

Si vive en un inmueble compartido con otros vecinos las solicitudes de ayudas deberán hacerse según lo especificado en convocatoria pública de la Consejería correspondientes de las Comunidades Autónomas, publicadas en los Boletines oficiales. La misma mecánica que  debemos seguir con las publicaciones en el ámbito municipal.

Las ayudas para instalación de ascensores, para rampas de acceso y eliminación de escalones son los mejores ejemplos. Este tipo de ayudas han funcionado muy bien y han incentivado a muchas comunidades de vecinos a instalar ascensores, posibilitando a los vecinos mayores o con discapacidades a continuar viviendo en su casa de siempre.

Clientes de Cuidado Mayor nos cuentan la importancia de la existencia de estas ayudas económicas en las decisiones de los mayores. Existiendo personas mayores que se han visto «obligadas» a comprarse un piso bajo por la dificultad que le suponía subir escaleras, y la imposibilidad de pedir ayuda al Ayuntamiento para financiar la facilidad de acceso a su vivienda.

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¿Vives en una vivienda unifamiliar?

Para viviendas unifamiliares, los Ayuntamientos siempre han sido sensibles a atender las solicitudes de vecinos por las que se demandan eliminación de bordillos o escalones en accesos directos a viviendas (unifamiliares o comunitarias), entiéndase, siempre que dichas barreras arquitectónicas se hallen en suelo de propiedad municipal.

Asimismo, existen, en determinados casos, ayudas para instalación de ascensores en viviendas unifamiliares, los casos se circunscriben a problemáticas concretas en cada circunstancia personal.

¿Cómo adaptar…?

El dormitorio

  • La cama:  la cama que debe situarse de modo totalmente accesible, sin alfombras a su alrededor o accesorios “decorativos” que puedan ser un obstáculo.  La cama en la que descanse la persona mayor, quien no tiene problemas añadidos más que su edad, podrá graduarse su altura desde el suelo con la elección de un colchón de más o menos grosor. En el caso de que el mayor necesite dormir un poco incorporado y si no es posible adquirir una cama articulada, podremos colocar una cuña de goma espuma (nos la proporcionarán en colchonerías) y será el geriatra de nuestro mayor quien nos lo aconseje, si así lo considera, y nos dirá los centímetros de grosor de esa cuña; es una solución eficaz y barata para cuando el mayor debe descansar ligeramente incorporado.
  • Hay situaciones en las que es imprescindible que la cama posea unas características concretas: articulada, incluso con grúa; articulada eléctrica; graduable en altura; con barandillas, podemos tener en el dormitorio del mayor la cama con las mismas características que una cama hospitalaria. Sin llegar tan lejos, porque nuestro mayor no lo necesite, si debemos observar si se desenvuelve con agilidad, levantarse, sentarse, tumbarse, … en su cama de siempre sin adaptación, pero pensemos que tenemos múltiples soluciones para los problemas que pudieran presentársenos.

    Si el mayor está mucho tiempo en la cama o relativamente encamado, los colchones antiescaras y los empapadores nos serán necesarios. Existen en el mercado una amplia gama que nos permitirá elegir el más adecuado.

  • El armario: de la ropa las prendas de vestir deben estar fácilmente accesibles, a la altura apropiada; es importante que la persona mayor conserve su autonomía a la hora de vestirse y de seleccionar la ropa que desea ponerse. Deberemos evitar el uso de maleteros, las alturas no son para nuestros mayores. Aquí aplicamos el mismo criterio que hemos citado en los muebles altos en la cocina, nada de subirse en taburetes o escaños.
  • La iluminación: la iluminación del dormitorio será relajante, tenue, puede que a nuestro mayor le guste permanecer tumbado sin dormirse. El interruptor deberá estar próximo a su hombro, no el típico interruptor empotrado en la pared, es mejor que el cable con el interruptor salga de la lamparita de la mesilla, con lo que podrá encender o apagar sin necesidad de girarse o estirarse en exceso. Los interruptores inteligentes que obedecen a nuestra voz están en el mercado, quizás ya entramos en el mundo de la robótica pero tampoco es una opción a desechar.

El baño

  • Bañera tradicional: acceder a una bañera suponer un ejercicio físico, muchas veces insalvable para las personas mayores con operaciones de cadera, de rodilla o, simplemente, que no puedan mantener el equilibrio. La instalación de platos de ducha es una práctica habitual, también aquí, citamos las ayudas instituciones para su instalación. La instalación de plato de ducha en sustitución de la bañera requiere un simple fin de semana, es una obra rápida y fácil de realizar que no debe bloquearnos a la hora de tomar una decisión.
  • Mangos antideslizantes: tanto en la pared interior de la ducha como en el lugar de acceso a la misma. Existen en el mercado diferentes modelos de asientos de ducha que se atornillan de modo fijo a la pared y que son plegables, no obstante, siempre está la posibilidad de introducir el asiento el plástico que es más económico pero tiene menor seguridad puesto que es menos estable a la hora de sentarse.
  • Inodoro:  según el tipo de adaptación o dificultad general que pueda presentar nuestro mayor, se ofrecen en el mercado desde reposabrazos abatibles, apoyabrazos incorporados al propio inodoro e incluso elevadores de inodoros especialmente adaptables.
  • Lavabo: su altura es otro punto a tener en cuenta. Pensemos que las personas mayores con la edad reducen su altura; algunos de ellos, debido a problemas en su columna, se hallan con dificultad para permanecer totalmente rectos; por ello la altura del lavabo la determina el mayor que va a utilizarlo, olvidemos eso que tanto les gusta a determinados instaladores que nos dicen “es la altura estándar”, nosotros colocaremos el lavabo a la altura en la cual la persona que lo utiliza no se chorree el agua por el interior de las mangas o tenga que ponerse de puntilla para evitarlo.
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La autonomía en el cuarto de baño, también, pasa por tener accesible el gel de baño, la esponja, su crema para el cuerpo y su toalla o albornoz. Todo ello estará a la distancia y en el lugar más idóneo que evite desplazamientos inútiles que pudieran provocar el resbalón o la caída.

La cocina

Empezaremos diciendo que utilizar gas, tanto para cocinar como para calentar el agua, no es el mejor tipo de energía para las cocinas que deben utilizar las personas mayores. 

  • Placas eléctricas:  (vitrocerámicas, inducción, …) están muy popularizadas y sus costes son asequibles, lo mismo sucede con lo termos eléctricos para agua caliente.Volvemos a recordar que tanto para placas de cocinar eléctricas, para termos eléctricos, para pequeños electrodomésticos como microondas, los Ayuntamientos han venido publicando convocatorias de ayudas públicas.
  • Microondas: es un electrodoméstico cuya presencia se ha hecho imprescindible en las cocinas de las personas mayores. En una visita que realizamos desde Cuidado Mayor a un hogar en el que vivía sólo un señor de ochenta años, nos comentó que “al principio me daba un poco de reparo, me parecía que aquello no calentaba como siempre se había hecho y que no debía de ser bueno”, también nos contó que el microondas que ahora tenía era nuevo porque se le había estropeado el otro y ahora veía que le era muy útil.

«Hay que romper con los pequeños  prejuicios que nuestros mayores puedan sentir ante electrodomésticos novedosos para ellos, ayudándoles a que se familiaricen con las facilidades que pueden suponer en su día a día.».

  • Placas eléctricas:  (vitrocerámicas, inducción, …) están muy popularizadas y sus costes son asequibles, lo mismo sucede con lo termos eléctricos para agua caliente.Volvemos a recordar que tanto para placas de cocinar eléctricas, para termos eléctricos, para pequeños electrodomésticos como microondas, los Ayuntamientos han venido publicando convocatorias de ayudas públicas.
  • Microondas: es un electrodoméstico cuya presencia se ha hecho imprescindible en las cocinas de las personas mayores. En una visita que realizamos desde Cuidado Mayor a un hogar en el que vivía sólo un señor de ochenta años, nos comentó que “al principio me daba un poco de reparo, me parecía que aquello no calentaba como siempre se había hecho y que no debía de ser bueno”, también nos contó que el microondas que ahora tenía era nuevo porque se le había estropeado el otro y ahora veía que le era muy útil.

El pasillo 

Antes de analizar cada una de las dependencias del hogar de nuestro mayor, consideremos el pasillo como una dependencia más, como lugar de tránsito y, por consiguiente, de riesgo ante un posible accidente. Frecuentemente, nuestros mayores se levantan por la noche para ir al baño “medio adormilados” o se desplazan por la casa “arrastrando sus piernas”, o “medio entumecidos” si acaban de levantarse del sofá, pues en estos casos la instalación de un apoya-manos o barandilla a lo largo del pasillo es una medida preventiva muy eficaz para evitar disgustos; al tiempo, les dará seguridad e incentivará para dar pequeños paseos por la casa cuando, por inclemencias del tiempo u otra causa, no puedan salir al exterior.

En Cuidado Mayor hemos comprobado que en muchos casos la instalación del telefonillo para atender las llamadas de visitas y abrir la puerta del portal de la comunidad, está próximo a la puerta de acceso a la vivienda, por lo que el mayor deberá recorrer todo el pasillo para responder a la llamada. Esta circunstancia es muy habitual, por lo que la instalación de este apoyo en el pasillo deberemos tenerlo en consideración.

El salón

El salón de la casa de nuestros mayores es la estancia en la que pasan su tiempo de ocio, de descanso, dónde reciben a sus familiares y visitas, así pues, debe ser un lugar no sólo agradable y acogedor, sino que deber estar lo más despejado posible, evitemos la típica mesa de centro “bajita” y la típica alfombra que pueden ser dos obstáculos con los que fácilmente puedan tropezar.

  • Sofá:  entre el mobiliario del salón es aconsejable la presencia de algún sillón individual de altura similar a una silla y con reposabrazos, a veces los sofás son demasiado bajos y no resultan cómodos y, en el mejor de los casos, les permite abandonar el sofá, cambiando de asiento y de postura.
  • Cojín: no olvidemos buscar algún tipo de cojín para el sofá que pueda colocarse en la espalda y le faciliten el poder incorporarse con cierta agilidad. Igualmente, algún tipo de flexo, además de la habitual lámpara de sobremesa, es recomendable para mejorar la visión a la hora de leer o de realizar cualquier manualidad que pudiera realizar.
  • Televisión: la televisión que suele ser lo que más atraiga la atención de las personas mayores, deberá estar adaptada a su visión, el adquirir una pantalla grande, en lugar de otra más pequeña, no supone mucho incremento en el precio, hay mucha oferta en el mercado y una elección adecuada impedirá que el mayor esté en mala postura, echado hacia adelante o con el cuello tenso, porque no ve bien la imagen.

Nunca está de más recordar que existen muchas otras actividades lúdicas que nuestros mayores pueden hacer, que además suponen un beneficio en su salud metal y emocional,  tareas que suponen una estimulación cognitiva: lectura, juego de mesa, escuchar música…

Consejo Cuidado Mayor

Desde Cuidado Mayor, la experiencia que los años nos han ido dando como empresa especializada en el servicio con los mayores y el mano a mano con diversas familias y sus experiencias nos han ido aportando el conocimiento que queremos compartir, por la ayuda que puede suponer para las familias que se encaminan en las andaduras de los cambios que supone la entrada de los mayores en una tercera etapa.

Si tuviéramos que resumir los aspectos más esenciales a la hora de adaptar un entorno a las necesidades de un anciano serían:

  1. Debemos conocer bien qué ayudas económicas nos puede facilitar nuestro Ayuntamiento.
  2. El consejo general es: «Dejar los espacios lo más despejados posibles». Pues el exceso de mobiliario pueden suponer pequeñas «trampas» para nuestros mayores,  sus «facultades» menos sensibles y cuerpos menos ágiles.
  3. Dentro de lo posible: intentemos no perder la esencia de el hogar que ellos habitan. Los retratos que siempre han acompañado en el dormitorio a nuestro mayor y no suponen ningún peligro, o aquel edredón que es el “suyo” aunque lo encontremos muy pasado, no tienen que dejar de estar presente porque así él o ella lo desea.

Hay que ayudarles a encontrar un equilibrio entre un recinto seguro, pero que no deje de ser: su hogar. 

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